Venezuela, por amor…
Son varios años de matrimonio los que lleva resistiendo
Venezuela, al principio todo fue ofrecimientos, ilusiones y sueños por cumplir,
con el pasar del tiempo el marido (Chávez-Maduro) fue demostrando quien en
realidad era, con su manera déspota de decidir las cosas y su machismo con el que
se ha impuesto a costa de todo, pero ella (Venezuela) seguía exigiendo ser
tratada como una reina, reclamaba sus derechos y sufría en silencio ante el
maltrato, pero por sus hijos (los ciudadanos) decidió brindar nuevas oportunidades,
oportunidades que hoy en día de nada han valido la pena, la soberbia, el
descaro, la falsa promesa de cambio y la hipocresía religiosa han sido una de
las fuertes armas que ha usado él para engañar a su mujer…llevándola a tal
punto, que va sintiendo que ya no puede más sino sólo depender de su autoridad.
En esta historia de amor y desamor, ya vemos hoy a los
hijos padeciendo por las malas decisiones tomadas en el pasado por sus padres,
y son ellos, los hijos, quienes en la actualidad deciden alzar su voz, defender
a su madre a costa de todo, imponerse ante la feroz tiranía que su progenitor
ya no les puede ocultar, son ellos quienes exigen al padre que deje en paz a su
madre y que ella pueda, con ayuda de todos, retomar su vida antes de que sea
tarde, hoy están a tiempo, Venezuela aún es joven, cuenta con unos hijos
maravillosos, que la aman y que están dispuestos a darlo todo con tal de ver
una vez más florecido sus jardines, productivos sus campos, resurgir su economía,
pero sobre todo que abunde la humildad
en cada uno de los corazones de sus hermanos, hermanas, primas, primos, tías, tíos,
abuelos, cuñados y vecinos, además de que puedan recibir de nuevo a las visitas
del extranjero con la amabilidad que los caracterizaba y también extender esa
mano solidaria para quienes la necesitan.
Venezuela al igual que cualquier dama, merece respeto
como mujer, como emprendedora y luchadora, como madre, como abuela; merece
contar con una pareja digna de su temple, que esté dispuesta a caminar junto a
ella a su lado y lograr desarrollar el mejor futuro para todos, no es justo que
sea pisoteada y sometida a tanta desdicha y soberbia, que lo único que le ha
dejado es tristeza y desaliento.
Hoy simplemente quise reflejar lo que para mí es una comparación
valida y acertada, vemos en la actualidad como son muchas las parejas que están
atravesado por momentos grises, que pretenden engañarse con la balurda idea de
que creen pueden mantener una fachada para impresionar a otros, dejando a un
lado lo realmente importante, y es el valor individual, el respeto hacia uno
mismo, el amor propio…eso mismo ocurre con Venezuela, que con el pasar de los
años ahora son sus hijos quienes se dan cuenta de lo que realmente ocurre y son
ellos los que deben intervenir para evitar una tragedia aún mayor.
Ya basta de tanta hipocresía, el momento es ahora,
para luego será muy tarde y no porque ya no se pueda hacer nada, sino porque
los ánimos son diferentes, las oportunidades pasan, los sueños se desvanecen y
la fuerza de voluntad se debilita. Vivimos en una era donde lo importante
debería ser vivir, vivir de tal forma que todos se sientan contagiados de esa buena vibra, que
todos sientan la necesidad de probar la felicidad, no es justo que lo que se
transmita sea tristeza y pena, no, eso no es vida, eso es desolación y nadie la
merece.
“No te preocupes demasiado por lo que dicen de ti, ni
siquiera Dios ha logrado caerle bien a todo el mundo, pon tu felicidad por
encima de todo”.
LA INVITACIÓN es a la cita que tenemos cada sábado y
domingo a las 07:00 PM para compartir en Mundo 360 a través de
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