Si bien es cierto,
en Venezuela las llamadas misiones sociales se pusieron de moda con la llegada
al gobierno del fallecido Hugo Chávez, quien se encargó de promover toda la
ayuda posible, en principio para personas de bajos recursos económicos, -realidad
que a 15 años es muy diferente de lo planteado-; pues bien, es bueno recordar
que el difunto no inventó el agua tibia en el país, debido a que en los tiempos
de la cuarta república –como algunos le llaman- están bondades ya se
implementaban, o es que me van a decir que los módulos de salud aparecieron de
la noche a la mañana, o que en Venezuela no se cobraba pensión, o que muchos no
aprendieron –realmente- a leer y escribir con Acude y que otros iban a alguna institución
pública a recibir ayudas, entre otras cosas.
El caso es, como
mencione anteriormente, que Chávez se encargó de incrementar, modificar y
promocionar hasta más no poder este sistema de atención social, hasta el punto
de que ahora tenemos una juventud que
prefiere en su adolescencia salir embarazada para ser mantenida –tranquilamente-
por las dádivas gubernamentales.
Pues bien, que
lamentable es en realidad seguir escuchando a quienes a estas alturas siguen
hablando de los famosos 40 años, cuando hoy día ya han pasado más de 14 y aún
no se ha hecho nada para poder decir que todo ha cambiado en procura de algo
mejor.
Pero más triste, es
ver y sentir como hay una parte del pueblo, que ha logrado prepararse profesionalmente
en Universidades, que ha tenido la oportunidad de conocer otras culturas, que ha
conocido mundo, que saben distinguir entre el bien y el mal, y en el mejor de
los casos, que son conscientes en todos los sentidos del raciocinio físico del ser humano, que
prefieran vivir en la miseria.
En injustificable
que la intención es poner a vivir a los venezolanos, entre apagones (se fue la
luz); escases (de alimentos, pañales, medicinas, toallas sanitarias, y más);
inseguridad (asesinatos y robos), sin servicios públicos de calidad (no hay
agua, no pasa el aseo…); falta de empleos (expropian empresas que terminan
quebrando y pretenden someter a sus pies al soberano a rendir pleitesía para
cobrar el mísero sueldo mínimo con el que a duras penas se puede comprar queso
y huevos), y así pare usted de contar cuantos problemas más se pudieran
enumerar.
Ya aburren con eso
de que “son los mismos que antes estaban y que hoy quieren volver para llenarse
los bolsillos” y es allí cuando veo en TV declaraciones y luchas y solo noto a jóvenes
que se han dispuesto a defender la patria y procurar lo mejor para Venezuela, dándome
cuenta aún más, que tanto Carlos Andrés Pérez como Rafael Caldera ya están muertos
desde hace tiempo.
Ah! pero es que
otra excusa que tienen, “es que antes los copeyanos y los adecos hacían lo
mismo”, pues además de aceptar que lo que actualmente hacen no está bien, vale
la pena analizar que en la época de la cuarta, había entonces alternabilidad de
poderes, lo que brindaba alternabilidad al 100 por ciento de los venezolanos, y
es que en parte, de eso se trata la democracia.
Sería muy bueno
amigos (sobre todo jóvenes) que analicen su entorno y evalúen con el corazón en
la mano lo que tienen a su alrededor y pregúntense si eso que ven pudiera ser
diferente, mejor de otra forma; y se darán cuenta que hay mejores cosas que
preferir vivir en la miseria que te han dado quienes hoy están en la cúpula y
que ellos necesitan implantar eso que hoy tú tienes, para (ellos) poder
disfrutar de las bondades que te prohíben.
Miguel Eduardo Mundo
noticiasmiguelmundo@gmail.com
/ @MiguelMundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario