sábado, 20 de abril de 2013

A gusto con la miseria



Si bien es cierto, en Venezuela las llamadas misiones sociales se pusieron de moda con la llegada al gobierno del fallecido Hugo Chávez, quien se encargó de promover toda la ayuda posible, en principio para personas de bajos recursos económicos, -realidad que a 15 años es muy diferente de lo planteado-; pues bien, es bueno recordar que el difunto no inventó el agua tibia en el país, debido a que en los tiempos de la cuarta república –como algunos le llaman- están bondades ya se implementaban, o es que me van a decir que los módulos de salud aparecieron de la noche a la mañana, o que en Venezuela no se cobraba pensión, o que muchos no aprendieron –realmente- a leer y escribir con Acude y que otros iban a alguna institución pública a recibir ayudas, entre otras cosas.
El caso es, como mencione anteriormente, que Chávez se encargó de incrementar, modificar y promocionar hasta más no poder este sistema de atención social, hasta el punto de que ahora tenemos  una juventud que prefiere en su adolescencia salir embarazada para ser mantenida –tranquilamente- por las dádivas gubernamentales.
Pues bien, que lamentable es en realidad seguir escuchando a quienes a estas alturas siguen hablando de los famosos 40 años, cuando hoy día ya han pasado más de 14 y aún no se ha hecho nada para poder decir que todo ha cambiado en procura de algo mejor.
Pero más triste, es ver y sentir como hay una parte del pueblo, que ha logrado prepararse profesionalmente en Universidades, que ha tenido la oportunidad de conocer otras culturas, que ha conocido mundo, que saben distinguir entre el bien y el mal, y en el mejor de los casos, que son conscientes en todos los sentidos  del raciocinio físico del ser humano, que prefieran vivir en la miseria.
En injustificable que la intención es poner a vivir a los venezolanos, entre apagones (se fue la luz); escases (de alimentos, pañales, medicinas, toallas sanitarias, y más); inseguridad (asesinatos y robos), sin servicios públicos de calidad (no hay agua, no pasa el aseo…); falta de empleos (expropian empresas que terminan quebrando y pretenden someter a sus pies al soberano a rendir pleitesía para cobrar el mísero sueldo mínimo con el que a duras penas se puede comprar queso y huevos), y así pare usted de contar cuantos problemas más se pudieran enumerar.
Ya aburren con eso de que “son los mismos que antes estaban y que hoy quieren volver para llenarse los bolsillos” y es allí cuando veo en TV declaraciones y luchas y solo noto a jóvenes que se han dispuesto a defender la patria y procurar lo mejor para Venezuela, dándome cuenta aún más, que tanto Carlos Andrés Pérez como Rafael Caldera ya están muertos desde hace tiempo.
Ah! pero es que otra excusa que tienen, “es que antes los copeyanos y los adecos hacían lo mismo”, pues además de aceptar que lo que actualmente hacen no está bien, vale la pena analizar que en la época de la cuarta, había entonces alternabilidad de poderes, lo que brindaba alternabilidad al 100 por ciento de los venezolanos, y es que en parte, de eso se trata la democracia.
Sería muy bueno amigos (sobre todo jóvenes) que analicen su entorno y evalúen con el corazón en la mano lo que tienen a su alrededor y pregúntense si eso que ven pudiera ser diferente, mejor de otra forma; y se darán cuenta que hay mejores cosas que preferir vivir en la miseria que te han dado quienes hoy están en la cúpula y que ellos necesitan implantar eso que hoy tú tienes, para (ellos) poder disfrutar de las bondades que te prohíben.


Miguel Eduardo Mundo
noticiasmiguelmundo@gmail.com / @MiguelMundo
 

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